El packaging en el sector cárnico

Publicado el 09/12/2020

El nuevo consumidor está cada vez más comprometido con el MedioAmbiente y a la vez, preocupado por mejorar el cuidado de su alimentación, de su propio bienestar y del mundo que le rodea.

Por esa razón, el consumo de productos naturales bajos en grasa, sin gluten ni aditivos, libres de conservantes artificiales y empaquetados en envases 100% sostenibles, son algunos de los aspectos más demandados por la sociedad actual. Sin duda, una tendencia en alza y que va cogiendo fuerza año tras año.

Ante esa realidad incuestionable, la industria cárnica está tomando nota y cambiando sus tradicionales sistemas de producción y almacenaje por otros mucho más ecológicos, sostenibles, innovadores, limpios y saludables. Desde Naeco, te mostramos algunos ejemplos.

Innovaciones en packaging 

El sector cárnico, al igual que el resto de los sectores de alimentación, se tienen que enfrentar a desafíos diarios, relacionados con la seguridad alimentaria, la sostenibilidad y la mejora de los diseños, a los que deben dar soluciones inmediatas y fiables.

En este sentido, uno de los avances más significativos que se están observando dentro de la industria cárnica tiene que ver con la mejora del  packaging o del envasado de alimentos. Es uno de los temas más desarrollados tecnológicamente con el objetivo de ofrecer salud, practicidad, productos especializados y adaptados a cada tipo de consumidor, y por su puesto garantizar el buen estado y conservación de los productos, reduciendo al máximo el desperdicio de los alimentos. De esta manera, mejoramos su experiencia de compra.  Pero ¿qué se está haciendo en este sentido?

  • Envases 100% biodegradables, recicables y/o compostables. En la actualidad se está luchando por desarrollar mediante nanotecnología, nuevos materiales totalmente biodegradables, basados en biopolímeros, polímeros, mezclas, nanoencapsulación y nanocompuestos, con el objetivo de destinarlos al envasado de alimentos frescos. Entre los proyectos europeos sobre los que se están trabajando destacan YPACK, una bandeja fabricada a partir de bacterias obtenidas de subproductos de la propia industria alimentaria. Por otro lado, tenemos el proyecto Refucoat, coordinado por el Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) con el que se pretende desarrollar envases de alimentos que mejoren el rendimiento de envasado y la conservación del producto, evitando a su vez que terminen en vertederos por ser totalmente reciclables. Además, si queremos que los procesos sean totalmente sostenibles, debemos procurar que no solo el envase sea sostenible, sino que también los palets de plástico, cajas y contenedores, encargados de manipular y transportar dichos envases, también sean 100% reutilizables y reciclables. De esta manera favorecemos el cuidado del Medioambiente.
  • Envases activos. Están diseñados para evitar el deterioro sobre todo de carnes frescas y elaboradas cuando estas se encuentran expuestas a diferentes factores ambientales que aceleran el proceso. Esto se debe a que este tipo de productos están sometidos a mayor manipulación y eso aumenta el riesgo de población microbiana. Por tanto, el objetivo de estos envases es alargar la calidad del producto envasado, bien, mediante la retención de todas aquellas sustancias indeseables que afectan a los productos cárnicos procesados o de su entorno, o bien, a través de la liberación de aquellas otras sustancias antioxidantes o antibacterianas que resulten más beneficiosas para la carne. Las carnes frescas rojas, por ejemplo, necesitan incorporar oxígeno al conjunto de gases de envasado para mantener su color rojo intenso. Gracias a los nuevos sistemas de envases, se introduce el elemento activo de origen natural como parte de la propia estructura de la bandeja para lograr que el agente activo se libere e interactúe de forma positiva sobre el alimento envasado, alargando su vida útil de forma sostenible.  Con los envases activos, por tanto, se da respuesta a la demanda que los consumidores exigen, ofreciéndoles alimentos más naturales, con alta calidad nutritiva y mejor conservados, logrando reducir además el impacto medioambiental. Un caso de uso actual es el Chickenpack, un proyecto de envase activo y antimicrobiano desarrollado por ITENE (Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística) para conservar la carne fresca de pollo.
  • Packaging inteligentes. Los “smart packaging”incorporan sistemas de trazabilidad y monitorización, como, por ejemplo, etiquetas, tintes o esmaltes para interactuar con los alimentos, en este caso con los productos cárnicos, y recibir información útil sobre sus propiedades, estado, calidad, proceso de manipulación, transporte y almacenamiento. Dicha comunicación se consigue mediante indicadores visuales que cambian de color en función del grado de frescor que presenta la carne envasada. Otros datos de interés que aportan están relacionados con la calidad microbiológica existente y los cambios de temperatura. Sin duda, elementos positivos que contribuyen a mejorar la trazabilidad del producto y a reducir el desperdicio de alimentos. Herramientas digitales como el Internet of Things, unido al alto nivel de automatización y a la mejora de la trazabilidad del producto, gracias a tecnologías como blockchain, juegan un rol cada vez más importante en la industria cárnica, fomentando el uso creciente de envases inteligentes.

El carácter perecedero de los productos cárnicos frescos, requiere reforzar su protección y, por tanto, asegurar algunas condiciones durante su tratamiento, conservación, manipulación y transporte para evitar el desperdicio y reducir las mermas.

Si a eso le sumamos que las necesidades del consumidor han ido cambiando en los últimos años, encontramos una de las razones principales por las que la sostenibilidad, aplicada a los procesos de producción cárnicos y a las soluciones logísticas, se haya convertido en una exigencia “sine qua non” para la industria cárnica.